179: Transformación de vida. De vivir en la calle y pesar 400 libras a ultramaratonista feliz y LatinX.

Hablar de mi me cuesta a veces mucho trabajo por que considero que no hay nada que hago o haría que otra persona no hace.

Mi nombre es Yvette Donde, tengo 34 años, y llevo 9 años viviendo en EUA, soy mexicana, aunque nací en EUA mis padres me llevaron a México desde que tenia 3 años, y la verdad no recuerdo nada de mi vida en EUA.

Cuando cumplí 25 años decidí mudarme a EUA a intentar mi suerte y en 9 años que llevo acá siento que he vivido toda una vida. Cuando me mude me mude sola, no tengo familia acá ni tampoco conocía a nadie.

Trabaje como niñera y la verdad no sabia en lo que me estaba metiendo, mi primer trabajo fue con menos del salario mínimo establecido en EUA además de que la familia no me daba días festivos, yo pensaba que era lo normal o esperado. Renuncie por que encima de todo me discriminaban por sr mexicana con comentarios como: “Aquí si somos educados, ya no estas en México” (siendo que estudie la licenciatura de comunicación en México).

En mi segundo trabajo, todo iba bien, hasta que la familia me comento que se tenia que ir a Alaska, no me dieron tiempo de encontrar otro trabajo, y termine perdiendo mi casa, me todo vivir en mi carro por tres meses, no saben lo difícil que fue, no solo por lo sola que estaba en este país pero por el poco entendimiento que tenia de recursos. Mi comida y el cigarro se volvieron mi compañía.

Nunca he sido muy delgada, pero nunca había tenido tampoco tanto sobrepeso, mido 1.83 y era talla 3xl, casi no podía encontrar ropa que me quedara, nunca encontraba ropa que me gustara…

No podía hacer muchas cosas y me daba miedo hasta sentarme en sillas pensando que las podía romper. Una persona promedio que no sufre de obesidad no sabe lo que es vivir en un mundo diseñado para gente de cierto peso, siempre estas consciente de cuanto pesas y como te ves, es un constante recordatorio, las miradas en la calle, los comentarios y eso te hace sentir peor, terminas sin querer hacer nada, a veces por pena otras veces por enojo.

Cuando conseguí otro trabajo, seguía viviendo en mi carro, de ahí por fin me pude ir a vivir a un motel de paso y luego por fin mi propio departamento.

Trabajando para esta tercera familia, por fin me sentí en casa, siempre me trataron como una mas de la familia, y logre trabajar en certificarme como interprete medico y de servicios sociales, deje de pasar navidades y otras fiestas sola…

Pero algo que me di cuenta es que no podía seguir así, tenía veintitantos años y no podía ni caminar una cuadra sin sentir un dolor indescriptible en mis pantorrillas y sin que me faltara el aire…

Fue entonces que conocí un grupo de Au Pairs que son niñeras con visa de trabajo de un año. Y con ellas mi vida cambio empezamos a salir, pero en un punto les dije que yo quería empezar a caminar mas por un viaje a Machupichu que tenia y que quería poder caminarlo.

La primera vez que fui a caminar con ellas no logre terminar el sendero, me sentía con nauseas, un dolor indescriptible, taquicardia, y no podía creer que mi vida se había vuelto eso, sin si quiera treinta años…

Hice mi viaje aun con mucho sobrepeso, pero regresé motivada para querer hacer mas, mis amigas se habían inscrito a un 5k de color run, me inscribí con ellas, y no pude correr ni un kilometro completo, no podía entender como había gente sonriendo y corriendo como si nada…

Decidid que mi primer meta seria correr un 5k, tal vez no sonriendo, pero correrlo, y empecé poco a poco a entrenar 30 segundos a la vez, al llegar al semáforo, al árbol, al poste paraba…

Para no hacerles el cuento muy largo una cosa llevo a la otra y el día que corrí mi primer maratón, llore, llore tanto y no fue solo por las 26 millas cumplidas, fue por todos los días que había salido a correr, por todos los kilos que había perdido, por todas las veces que me dije ya no puedo, por todas las luchas internas y externas que vivía en un país lejos de todo y todos lo que amo. Llore por que no me veía como me había visto hace un año, por que mis piernas me dolían, pero por no por caminar una cuadra sino por correr 26 millas…

Y no me detuve, seguí corriendo y descubrí los senderos y mi gente, descubrí que mientras mas corría y conocía otros corredores, se volvían mi apoyo, aunque fuera de lejos, se volvían ese saludo en la calle por ver a otro corredor, de pronto no estaba sola, era parte de algo.

Correr non solo es un deporte es un estilo de vida y no lo digo por ser fit, lo digo por que medio amigos, me dio un propósito mas allá de mi trabajo, me dio nuevas metas que no sabia que mi cuerpo podían alcanzar…

LatinX

Pero me di cuenta que en EUA no había muchos latinos inmigrantes corriendo, y entonces cosas de la vida runners World me hace una entrevista acerca de mi perdida de peso, de estar homeless, y luego Univisión Seattle, de ahí empecé un grupo de corredores que en poco tiempo se volvió una organización sin fin de lucros que ahora sirve a mas de 3000 mil miembros que buscan cambiar su estilo de vida, o que buscan una tribu a la cual pertenecer lejos de casa, hemos ido a correr un Ragnar 42 de nosotros en conjunto e incluso pequeños grupos de amigos han salido ya de esta organización que también se dedican a promover el deporte, insisto no es por que el deporte te resuelva la vida pero correr a muchos que estamos lejos y solos nos ha ensenado a conocernos a nosotros mismos, a crear una relación que talvez no existía o estaba rota con nosotros mismos, y con ese propósito a crear nuevas relaciones y amistades.

Me queda claro que mi historia ha servido para inspirar a varias personas por acá, y quiero que mas personas inspiren a mas personas, mi historia no termina aquí, el año pasado en Julio después de un ultra en equipo, me diagnosticaron con lo que podría ser un problema genético que corre en mi familia donde a veces no siento las piernas o los brazos, me empiezan a temblar de la nada o de plano me caigo. No han logrado darme un diagnostico exacto, pero hay una teoría que, si es algo que se carga en mi familia, de Julio a Diciembre no pude correr ni hacer nada realmente y gane un poco del peso perdido, la verdad es que me costo mucho trabajo querer retomar correr por que me da miedo el día en que talvez ya no lo pueda hacer…

Ahora lo veo como una oportunidad para aprender a correr diferente, disfrutar todo lo que pueda en la medida en que pueda, este año ya corrí un medio maratón, y he regresado a mis senderos con el apoyo de un fisioterapeuta y un entrenador de running que me entrena desde México.

Espero poder seguir inspirando a mas gente no por que correr sea el deporte que tengan que hacer o no existan otros deportes, pero por que quiero que vivan esa experiencia de volver a tener una relación consigo mismos, que vuelvan a sentirse como niños, que se pongan metas que suenan inalcanzables… Quiero seguir apoyando y brindando herramientas a la gente que aun no sabe que puede, que aun no decide salir a correr por 30 segundos, que sepan que no están solos, que han emigrado a otro país y sienten que la vida se acabo ahí, no es así… La vida apenas comienza, y correr para mi fue y ha sido como un renacer.

El día de hoy manejo una organización sin fin de lucro que se dedica a promover la comunidad a través del deporte, estoy en mi ultimo año de la carrera de psicología, y trabajo como interprete medico de servicios sociales en el estado de WA, tengo propuesta poder volver a hacer un ultra con mi condición y recuperar toda la condición que perdí por la depresión en la que caí el año pasado, quiero seguir siendo esa persona que la gente vea y diga si ella puede yo también puedo.